La puerta del Ratoncito Pérez vuelve a aparecer en Banco de España Consent Preferences

La puerta del Ratoncito Pérez vuelve a aparecer en Banco de España

Uno de los pequeños secretos mejor guardados de Madrid, la puerta del Ratoncito Pérez por la que acceda al metro, vuelve a aparecer en Banco de España

Pocos madrileños saben que en uno de las estaciones de Metro de Madrid tiene el ratoncito Pérez una puerta de entrada. Está en la boca de metro de Banco de España, y hace un tiempo que estaba rota. Ahora, el suburbano ha arreglado la pequeña puerta, que puede verse en la zona inferior de uno de los laterales de la boca del metro. Algunos la conocen como la entrada a “la casa del Ratoncito Pérez”, aunque su casa, según cuenta la verdadera historia del Ratón Pérez, se encuentra en la calle Arenal.

Mide quince centímetros

Desde hace años alguien puso esa pequeña puerta de quince centímetros de alto por quince de ancho, y se ha convertido en un reclamo de los madrileños, que la han denominado “la puerta del Ratoncito Pérez“.

Pero con el paso del tiempo, la pequeña puerta se ha ido deteriorando y, posteriormente, fue vandalizada, por lo que Metro de Madrid decidió remodelarla, tras las peticiones que hicieron los usuarios a través de Twitter, que pedían preservar este “bonito y curioso rincón de Madrid”.

Metro recogió estas peticiones y como guiño a los más pequeños ha puesto una pequeña puerta de madera con el nombre del “señor Pérez”, por lo que “oficialmente” ya cuenta con acceso rápido al suburbano y quién sabe, sin conectado además con su vivienda de la calle Arenal.

La puerta del Ratoncito Pérez en Banco de España vuelve a aparecer

Un poco de historia

El Ratoncito Pérez nació en el siglo XIX de la mano del padre Luis Coloma, un jesuita que por aquel entonces era consejero de la Corona y al que un día le encargaron escribir un cuento para el pequeño Alfonso XIII cuando se le cayó un diente de leche a los 8 años de edad. En el relato se decía que cerca del Palacio Real vivía un roedor con su familia en una caja de galletas que se guardaba en el almacén de una confitería; y se contaba que cada noche el Ratoncito Pérez visitaba las habitaciones del futuro rey y de otros niños más pobres.

De este modo nació este personaje que visita a los niños y les deja un regalito por cada diente que pierden. Este museo está situado en el lugar en el que, según cuenta la tradición, vivió el entrañable roedor con su familia. El museo abarca dos pequeños locales en los que niños y mayores podrán conocer de primera mano cómo era la casa en la que vivía el ratón, consultar la documentación histórica que existe sobre el personaje así como observar dientes de leche “certificados” de personalidades como Beatrix Potter, Beethoven, Isaac Newton o Rosalía de Castro. La edad recomendada es de cinco años en adelante.

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