La Plaza Mayor de Madrid, todo un símbolo de la capital, padece de una decadencia acuciante por el cierre de locales y el aumento de pintadas
La drástica reducción de la actividad comercial y hostelera en la Plaza Mayor de Madrid y su entorno está agravando la degradación que sufre este enclave histórico de la capital. Dentro del perímetro de la plaza la situación es bastante aceptable, aunque se pueden ver todavía algunas pintadas que llevan más de dos años. En este caso no cabe culpar a la pandemia de la desidia.
El deterioro es mucho más apreciable en los soportales de salida, al inicio de la calle de Toledo. Allí el vandalismo se ceba en paredes y columnas. En este caso sí ha aumentado notablemente en los últimos meses. Para agravar aun más el aspecto del conjunto, se han cerrado varios de los negocios de restauración que se abrían en estos soportales, con terrazas en la zona peatonal de la calle. Sus fachadas son una muestra palpable de los ataques que se perpetran constantemente contra el paisaje urbano y contra el centro histórico de Madrid.
Muchos de los establecimientos de recuerdos para turistas han cerrado igualmente en todos los accesos a la plaza. Como en el resto de la ciudad, los carteles de ‘se alquila’ o ‘se vende’, aparecen en decenas de establecimientos. Sus cierres, metálicos o de carpintería, también son vandalizados un día sí y otro también.
El pasado mes de febrero se informó de que la Junta de Centro está trabajando en un plan de acción para la Plaza Mayor que abarcaría desde la actividad cultural, el valor histórico, la conservación del patrimonio, la seguridad, limpieza, aceras y pavimentos y la mejora de los soportales.
Cada día que pasa se hace más necesaria su puesta en marcha. Siendo optimistas, hacia final de este año el turismo podría regresar lentamente a la ciudad. Para ese momento será necesario remediar todos los daños causados en estos meses, especialmente en los puntos que suscitan más interés en los visitantes. Será también la oportunidad de clarificar qué tipo de negocios pueden ser abiertos en esta zona y de fijar las condiciones estéticas para recuperar parte de su legado histórico. Pero mientras llega ese plan, y conocemos sus medidas, no estaría de más ir atajando esta degradación. Que se trabaje para una mejora futura no puede justificar el abandono presente.
Fuente: madriddiario