El Museo Ghibli, conocido como el Disney de Japón, nos permite explorar un portal abierto al mundo de la fantasía gracias al tour virtual que ofrece gratis durante la cuarentena.
Hay quienes dicen que la ‘apertura’ virtual del Museo Ghibli era lo que ‘más ilusión ha hecho durante la cuarentena. Se trata de un suceso muy esperado por los amantes del arte, debido a que aquellos que no tenían la posibilidad de viajar hasta Mitaka, al oeste de Tokio, poco podían conocer sobre este espacio en la web.
Pero la espera terminó, y el Museo Ghibli se suma a la lista de interminables museos, galerías de arte y demás espacios culturales que han optimizado estos tiempos de confinamiento para brindar a los usuarios interesados recorridos virtuales por sus rincones más destacados.
Se trata de un museo diseñado por el maestro animador Hayao Miyazaki, ganador de un Oscar a la mejor película de animación por El viaje de Chihiro. Cabe recordar que fue el propio Miyazaki quien bautizó a la compañía con el término árabe Ghibli, que significa siroco, en referencia a los nuevos aires que su estilo de películas traería a la industria de la animación.
La particular decisión de prohibir las fotos en el lugar, motivo por el cual no es posible apreciar registros de su interior, se debe a que su creador Miyazaki ha considera que el lugar comprende “un portal abierto al mundo de la fantasía“, por lo que pidió no revelar qué es lo que allí dentro sucede.
Parte del recorrido virtual puede apreciarse en su canal de Youtube, gracias a unos cortos videos de entre 30 segundos y un minuto cada uno, que reflejan las instalaciones del estudio de animación Ghibli, más conocido como el Disney de Japón.
El primer vídeo nos muestra el fresco del techo del Espacio de las Maravillas, ilustrado con vides, frutas, flores y los personajes de Mi vecino Totoro, Nausicaä del Valle del Viento y Nicky, la aprendiz de bruja
El segundo vídeo se centra en mostrar la habitación Donde nace una película, donde un animador se ha rodeado de sus objetos favoritos: bocetos, ilustraciones, maquetas, libros, juguetes… Un excesivo y espontáneo entorno que pretende explicar el modo en el que prende la chispa de la creatividad necesaria para crear una película de animación.
El resto de registros audiovisuales compartidos por el Museo Ghibli se recorren las instalaciones deteniéndose en delicados y artesanales detalles decorativos y estructurales, como las vidrieras, la marquetería, las lámparas de las misteriosas escaleras o, incluso, los azulejos y el papel pintado infantil del baño.