De quinta de recreo de la realeza y la nobleza en el siglo XIX a parque para disfrute de los madrileños. Esa es la evolución que está viviendo la Finca de Vista Alegre, un parque histórico del distrito de Carabanchel cuya apertura está prevista para mediados de 2019.
La intervención, en la que se invertirán más de 15 millones de euros, se llevará a cabo en 11 de las 45 hectáreas del complejo que, situadas en la zona del cuadrante nororiental, albergan los jardines y edificaciones de mayor protección. Así, se contempla la planificación integral de la Finca, la regeneración de estos jardines y su apertura temprana.
En total, cuatro años de recuperación programadas en dos fases. La primera que, centrada en los jardines y edificaciones históricas de mayor protección, implicará labores de acondicionamiento de la zona, como la tala y poda de espacios verdes; de recuperación de elementos singulares, tales como la Puerta Real, la ría o las fuentes históricas; y de elementos complementarios, véase caminos o iluminación.
Este primer periodo de intervenciones también contempla actuaciones en edificaciones como la Rotonda, el Baño de la Reina y el vestíbulo del Palacio Nuevo. Su finalización está prevista para 2019 y supondrá una inversión de cinco millones de euros.
En cuanto a la segunda fase del programa de actuación, con un presupuesto previsto que supera los 10 millones de euros, consistirá en la rehabilitación de los edificios históricos, además de continuar con la restauración integral de los jardines. También se llevará a cabo la formulación de los Instrumentos de gestión y planificación tales como el Plan Especial de Gestión y Usos de la Finca.
Un poco de historia
La Finca de Vista Alegre es una de las quintas de recreo que proliferaron en Carabanchel durante casi todo el siglo XIX. En su momento, fue una de las más importantes, no sólo por su gran extensión y origen real, sino por la calidad artística de sus jardines y de su arquitectura. Contaba con varios palacios y edificios (Palacio Antiguo, Palacio Nuevo, la Casa Bella Vista, la Capilla, cinco estufas y diferentes dependencias) donde dominaba el estilo neoclásico.
El jardín era de tipo paisajista y llegó a tener incluso una ría navegable de 700 metros de longitud, con una isla circular, cascadas, diques y embarcadero al modo del nuevo estilo que se estaba extendiendo en Madrid en esa época.
La configuración de la finca se debe a la Reina María Cristina, cuarta esposa de Fernando VII, quien en 1832 adquirió una posesión de recreo, destinada inicialmente al uso público de los habitantes de Madrid y de los pueblos de alrededor. Para ello, se revitalizó la finca ampliándola con otras tierras anejas, se reformaron y redecoraron los edificios existentes y se construyeron otros nuevos.
Además, la Reina María Cristina decoró sus estancias, fundamentalmente las del Palacio Principal o casino original, con obras de los artistas más relevantes de la época, como Ribelles, Carderera, Madrazo, Tadey o Vicente López, a los que se sumaba su colección pictórica personal de maestros anteriores, como Rafael, Murillo, Zurbarán, Maella, Ricci y Goya, entre otros.
Más tarde, la Finca de Vista Alegre fue donada a Isabel II y su hermana la infanta Luisa Fernanda y, posteriormente, fue vendida al político y banquero José de Salamanca y Mayol, marqués de Salamanca, el cual le devolvió su esplendor, siendo una de las más famosas fincas de recreo del siglo XIX.
Durante este periodo se concluyó el Palacio Nuevo para utilizarlo como residencia estival. Tras el fallecimiento del marqués de Salamanca, la finca pasó al Estado.