Este fin de semana el cielo nos ofrece un espectáculo astronómico que no nos podemos perder. Se trata de la Luna de fresa, el segundo eclipse penumbral del año.
Muchos son los fenómenos astronómicos que hemos podido vivir durante el confinamiento como la Superluna Rosa o la Superluna de las Flores, que solo hemos podido vivir desde nuestros balcones. Ahora que se permite el desplazamiento dentro de una misma provincia, podremos disfrutar más aún si cabe de los próximos por llegar, como la Luna de fresa.
Este mismo viernes, 5 de junio, se produce el que es el segundo eclipse penumbral lunar del año por detrás del que sucedió a principios de 2020, el 10 de enero concretamente. Todavía podremos disfrutar de otros dos más en lo que resta de año.
Un eclipse lunar sólo puede tener lugar cuando hay Luna llena y el satélite está alineado tanto con el Sol como con la Tierra, que se posiciona en medio de ambos astros. El eclipse penumbral, un fenómeno que no resulta fácil de percibir, se produce cuando la Luna se sumerge en el cono penumbral de la Tierra aunque sin tocar la zona de máxima oscuridad, la umbra, la sombra que sí toca la cara visible del satélite en un eclipse total.
Según lo que también apunta el Observatorio Astronómico Nacional (OAN), en territorio español el fenómeno sólo se podrá observar desde las Islas Baleares, alcanzando su máximo sobre las 21:22, coincidiendo con la salida de la Luna de fresa.
Este eclipse es conocido como ‘Luna de fresa’, ya que es el nombre con el que tradicionalmente se ha bautizado en Estados Unidos a este eclipse por coincidir con la corta temporada de la cosecha de fresas en el mes de junio.
Todo lo contrario sucederá con el próximo eclipse penumbral, fechado para el 5 de julio, que se podrá observar en toda España salvo en Baleares. Después habrá que esperar hasta el 30 de noviembre, fecha en la que tendrá lugar el cuarto y último del año, que también será visible desde la península, pero no en las Islas Baleares.
MEJORES MIRADORES DE MADRID
Mirador de las Vistillas
Este cerro proporciona una panorámica exclusiva del Madrid antiguo y castizo. Situado en las proximidades del barrio de La Latina, las vistas de la catedral de La Almudena, la ribera del Manzanares o, a su espalda, la Casa de Campo, hacen de este lugar un espacio único en la capital. Dada su ubicación, también es perfecto para disfrutar de la Superluna en lo más alto de la capital.
Además de las vistas, valga la redundancia por su propio nombre, se trata de un espacio muy agradable para dar un paseo antes de caiga la noche. Su proximidad con el Madrid de los Austrias lo convierte, además, es una crónica viva de la Historia. Un punto que no te puedes perder.
Cerro del Tío Pío
Las vistas aéreas que ofrece son una pasada. Como se aprecia en la imagen que acompaña este texto, su belleza radica en los tejados de ladrillo, edificios salientes y desiguales, con el Pirulí y las Cuatro Torres de fondo. Sin embargo el protagonismo esta noche no estará en los tejados, sino un poco más arriba, en el cielo, donde resplandecerá más que nunca la Luna.
Ubicado en Vallecas, se trata de uno de los mejores puntos de la capital para abstraerse del ruido y el ritmo frenético de la ciudad.
Azotea de Cibeles
Las vistas aéreas que ofrece son una pasada. Como se aprecia en la imagen que acompaña este texto, su belleza radica en los tejados de ladrillo, edificios salientes y desiguales, con el Pirulí y las Cuatro Torres de fondo. Sin embargo el protagonismo esta noche no estará en los tejados, sino un poco más arriba, en el cielo, donde resplandecerá más que nunca la Luna.
Ubicado en Vallecas, se trata de uno de los mejores puntos de la capital para abstraerse del ruido y el ritmo frenético de la ciudad.
Mirador del Cerro Hilo
El Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama está plagado de miradores que proporcionan una vista increíble de los montes y laderas de Madrid. El Mirado del Cerro Hilo, en el municipio de Becerril de la Sierra, es uno de ellos y uno de los más recomendados. A unos pasos del pueblo, se puede llegar desde la presa del embalse de Navacerrada.
Este mirador ofrece una perspectiva de 360º sobre la que hoy destacará más que nunca la Luna.
Silla de Felipe II
Puede decirse que toda la naturaleza de la Sierra de Guadarrama y parte de la Historia de España convergen en este punto, la silla desde la cual Felipe II siguió las obras del espléndido Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Las vistas del pueblo homónimo y la propia construcción son inigualables; todo envuelto en una atmósfera natural sin comparación. Eso sí, aquel que quiera acudir hasta aquí para ver la Luna tendrá que hacerlo con precaución y con ropa de abrigo.
Si no conoces dónde está, es muy sencillo: desde Madrid por la M-505, dirección Galapagar, debes desviarte hacia Ávila un poco antes de llegar a El Escorial. Después, giras a la derecha y subes por la carretera hacia el Puerto de la Cruz Verde. A la derecha, mientras tanto, puedes contemplar el pueblo de San Lorenzo. Pronto llegarás a un nuevo desvío que ya indica la Silla de Felipe II.