Os proponemos una ruta por las cuatro Villas de la Sierra Norte de Madrid, Patones, Torrelaguna, Buitrago de Lozoya y Rascafría
Desconectar de la rutina y olvidar el bullicio de la ciudad no siempre es fácil en la capital. Por ello, la Comunidad de Madrid ha propuesto una ruta en coche para conocer el patrimonio cultural e histórico de las Villas de la Sierra Norte de Madrid.
El itinerario promete dos días de completa relajación recorriendo Patones, Torrelaguna, Buitrago de Lozoya y Rascafría. Una gran forma de descubrir la Madrid alternativa, mientras se respira un soplo de aire fresco.
La primera parada es Patones, un paraje en el que abunda la naturaleza y la arquitectura de pizarra negra. Una visita guiada por la antigua acrópolis romana, Eras o el Lavadero y Fuente Nueva permite a los visitantes descubrir la alabada gastronomía local y viajar a una época pasada cargada de leyendas.
Los amantes de la cultura encontrarán su lugar en Torrelaguna, una Villa en la que se respira historia. Sus calles vieron pasar a innumerables personajes ilustres, como el Cardenal Cisneros, Juan de Mena o Santa María de la Cabeza. A su vez, el municipio es también residencia de La Iglesia de Santa María Magdalena, un referente del estilo gótico que data del siglo XVII. Los más curiosos podrán acercarse hasta la Atalaya de Arrebatacapas e imaginarse protegiendo el Toledo medieval.
La ruta se adentra en las murallas de Buitrago del Lozoya para disfrutar de sus seis Bienes de Interés Cultural. Los 800 metros de fortificación ofrecen cinco tramos para conocer cómo era la vida medieval. Los visitantes podrán disfrutar de la Torre del Reloj, de la Iglesia de Santa María del Castillo o de la colección Eugenio Arias en el Museo Picasso. Una buena forma de acabar el recorrido es en el impresionante Castillo de los Mendoza, construido en el siglo XIV.
Los paisajes de Rascafría prometen dejar con la boca abierta. Acoge lugares para todos los gustos, desde las estaciones de montaña de Valcotos y Valdesquí hasta el Monasterio del siglo XIV Santa María de El Paular. A su vez, aquellos visitantes atrevidos pueden cruzar el Puente del Perdón, lugar donde los delincuentes se enfrentaban a su condena.
El Bosque Finlandés ofrece un escenario sacado de un cuento en el que los árboles y los sonidos de la naturaleza son los protagonistas. El lugar idóneo para despedir la ruta, recargar las pilas y volver a la ciudad.
Más información: Villas de Madrid.