Casa Dani, ganador de la mejor tortilla de patatas de España e icono de la gastronomía madrileña, ha cerrado temporalemente por salmonelosis
2.000 huevos y 771 kilos de patatas agrias de La Mancha cada día esconden el secreto de Casa Dani, el icónico bar de la tortilla de patatas de Madrid cuya popularidad trasciende de nuestras fronteras. Su nombre aparece reseñado en decenas de guías gastronómicas, webs especializadas e, incluso, documentales de Netflix. Artículos a los que en los últimos días se les han sumado las páginas de sucesos tras situarse como el origen lar salmonelosis, que se ha saldado con decenas de afectados y al menos cinco ingresos hospitalarios.
A la parroquia habitual del local se le suma desde hace años una nutrida comunidad de turistas extranjeros atraídos por la popularidad de su plato estrella y origen del brote. Una fama que se disparó tras recibir el premio a la mejor tortilla de patatas de España y, sobre todo, aparecer a comienzos de un capítulo de la serie Comida para Phil en Netflix.
Un negocio familiar que abrió sus puertas hace más de tres décadas gracias al propio Dani junto a su mujer, Carmen, y en el que también trabaja la hermana del dueño. Tras un origen humilde dentro del Mercado de La Paz (C/Ayala 28) hasta expandrise a la vecina Lagasca 49 con un segundo local.
Los propietarios aseguran que el jueves por la tarde tuvieron conocimiento de varios clientes intoxicados e inmediatamente contactaron con las autoridades sanitarias. El restaurante aguarda las muestras de laboratorio para determinar si el foco se debe a la materia prima en mal estado o a una incorrecta manipulación de los alimentos.
Rodeado de pescaderías, fruterías y carnicerías, Casa Dani ha levantado un imperio de tortilla con casi 4,4 millones de euros en ventas al año, según figura en el registro mercantil.
Ahora, con el cierre echado hasta esclarecer lo sucedido, el plato estrella de Casa Dani ha pasado de ser «el desayuno perfecto» al que Phil hacía referencia en su serie de Netflix, a objeto de escándalo y estudio por parte de las autoridades sanitarias. De este modo, el futuro de su millonario negocio -gracias a sus 146.000 tortillas al año– pende de un hilo.